Países de la región coinciden en medidas urgentes contra el Cambio Climático

Durante la jornada todos y cada uno de los sectores técnicos y políticos presentes hicieron su llamado al mundo, en la búsqueda tanto de financiamiento para las medidas necesarias (que era el objeto del Diálogo) como en la toma de conciencia de países desarrollados que, en definitiva, son quienes más contribuyen en la contaminación mundial.

El III Diálogo hizo un llamado poderoso tanto a las grandes potencias mundiales, para que lideren la lucha contra el calentamiento global, como a los países en desarrollo para que adapten rápidamente mecanismos institucionales que les permitan acceder al financiamiento que se está planteando internacionalmente, desde el Fondo Verde de las Naciones Unidas.

Estas dos miradas tienen que ver con el diagnóstico que surgió de una “brecha” existente entre las exigencias planteadas desde los organismos multilaterales de financiamiento (que serían quienes financiarían las obras y acciones necesarias en el mundo) y las naciones en desarrollo que son quienes necesitan ese dinero pero, que a la vez, pueden no tener sus instituciones preparadas para tales exigencias.

Latinoamérica, víctima del calentamiento global

El Subsecretario de Políticas Ambientales de la Nación, ingeniero Enrique Orban fue el último orador del Diálogo y pidió que el documento final incluya un fuerte mensaje a las naciones del primer mundo en lo que respecta a reducir las emanaciones de gases nocivos para el Planeta.

“América Latina y el Caribe resguardan una tercera parte del agua dulce del mundo y hacen mucho por la conservación de los recursos naturales. Pero cuando vemos el mapa de la contaminación global es fácil ver que somos países castigados por las consecuencias de un cambio climático generado por otros”, aseveró ante la audiencia internacional.

“Debemos decirle al Primer Mundo que si ellos no llevan adelante acciones que disminuyan el calentamiento global, nosotros magia no vamos a poder hacer”, subrayó luego.

Orban pidió a todos los países de la región presentes que el documento redactado en Mendoza lleve un mensaje expreso a las potencias mundiales para que realmente se comprometan en reducir las emanaciones de dióxido de carbono.

El resto de las conclusiones se apuntaron exclusivamente en la necesidad de aumentar el financiamiento global para adoptar medidas de adaptación y mitigación que en cada región difieren tal como son diferentes los efectos que el clima tiene sobre ellas.

Puntos en común fueron los desafíos de mantener equipos técnicos que proyecten acciones y obras necesarias, y gobiernos que apoyen políticamente con la toma de decisiones.